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Cataluña en flor: conoce la naturaleza catalana

  • Alba
  • 30 nov 2016
  • 5 Min. de lectura

¡Bienvenidos de nuevo! Si os gustó nuestro post sobre la Cataluña artística, no os podéis perder esta nueva vuelta al turismo en esta zona. En esta ocasión nos dirigimos a los más rurales: en este post os presentaremos algunos de los pueblos y rincones en los que más disfrutaréis de la naturaleza catalana.


SITGES

Fuente: www.sitgesguia.com

Este municipio catalán es ya famoso por su Festival Internacional de Cine. Situado en la provincia de Barcelona, destaca tanto por su cultura (en él podréis visitar monumentos como el Palacio de Maricel o la ermita de la Trinidad de Sitges; y museos como el Museo Romántico Can Llopis o el Museo Maricel) como por sus actividades: además del festival de cine hay eventos a lo largo del año como el Carnaval, que es ya una de las fechas señaladas. Pero sobre todo, y la razón por la que os lo recomendamos en este post, es por sus bonitas playas. Son bastante turísticas así que puede que en algunas echéis de menos un poco de tranquilidad, pero os prometemos que también os propondremos sitios más silenciosos. En Sitges puede que no, pero… una buena playa merece un poco de alboroto, ¿verdad?



ARTIES

Os lo habíamos prometido y siempre cumplimos: de la playa a la montaña, el pueblo al que nos dirigimos ahora se encuentra en el municipio del Alto Arán, en la comarca del Vall d’Arán. Para quienes no lo conozcan, esta zona de la provincia de Lérida es parte del Pirineo catalán, y su frontera limita con Francia. Arties o Artiés, pese a su pequeño tamaño (no llega a los 1000 habitantes) es ideal para unas tranquilas vacaciones de esquí: dispone de un bonito parador con hotel, que se encuentra a solo 7 km de la conocida estación de esquí Baqueira Beret; y a los más deportistas les gustará saber que no es la única actividad de la que podrán disfrutar. El entorno natural y el aire puro invitan al ejercicio al aire libre, pero especialmente recomendamos las rutas de senderismo por la zona, con vistas a las escarpadas montañas pirenaicas.


BARRUERA

También a los pies de las montañas del Vall d’Arán encontramos este pequeño pueblo. Su aspecto medieval le suma encanto a los pequeños mesones y colmados que encontrarás por sus calles; donde podréis reponer fuerzas después de visitar la iglesia románica de Sant Feliu, el monumento más destacado y que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También en el pueblo, si viajáis a principios de octubre, podréis disfrutar de actividades típicamente rurales como la feria ganadera y el concurso de siega a mano; y si os animáis ¡hasta participar!

En los alrededores, además de la montaña podréis ver lagos como el Estany de Llebreta, por el que pasan numerosas sendas; y visitar el Vall de Boí. El entorno es igual de maravilloso que en el resto del Pirineo, así que no desaprovechéis ninguna oportunidad de perderos por él. Eso sí… ¡abrigaos mucho!

VIELHA

Para terminar nuestro recorrido por el Pirineo catalán, viajaremos a la capital de la comarca del Vall d’Arán. Vielha es un pequeño pueblo de montaña que parece congelado (y podría decirse que literalmente) en el tiempo: por entre sus casas de piedra no cuesta imaginar el trascurso de la vida rural más propia de principios del siglo pasado que del presente. Para los agobiados por la tecnología, buenas noticias: difícilmente encontraréis cobertura en este lugar. ¡Ya tenéis una buena excusa para estar off todas vuestras vacaciones!

Al igual que en Arties, el principal atractivo es el esquí: tenéis muy próxima también la estación de Baqueira, y a vuestra vuelta el hotel del Parador de Vielha os tendrá preparado una relajante terapia con spa y piscina para que os recuperéis de la nieve. Un lugar ideal para pasar las vacaciones de la temporada de esquí, o como os sugieren desde el hotel –y que realmente tienta- celebrar eventos como la Nochevieja rodeados de naturaleza.




SIURANA DE PRADES

Si nos desplazamos hasta Tarragona, encontramos otro pequeño enclave natural. Este pequeño pueblo tiene una vista privilegiada desde un alto peñón, coronado por la iglesia de Santa María de Siurana. Para llegar puede que lo tengáis un poco complicado, pero desde luego una vez allí merece la pena: además de la iglesia podréis ver los restos del castillo de la villa, y los cultivos de viñas en la Bodega Ronadelles. El pequeño tamaño del lugar y su localización lo convierten en un espacio de retiro casi aislado y en plena naturaleza. ¡Más desconexión del estrés de la ciudad es imposible!

MIRAVET

A apenas 60 km de Tarragona también encontramos este pequeño pueblo medieval, que antiguamente fue un lugar estratégico a las orillas del río Ebro. Si las altitudes del Vall d’Arán os dejaron sin aliento, este municipio que apenas supera los 120 metros sobre el nivel del mar os permitirá volver a respirar hondo. Y no es para menos: su cercanía a la costa os traerá aire fresco del mar sin renunciar al encanto de la montaña; que podréis recorrer con las rutas por los alrededores del municipio, siguiendo el curso del río. Es también muy interesante a nivel cultural conocer la ruta templaria que pasa por Miravet, llamada Domus Templi; así como su Castillo Templario (que es Monumento de Interés Nacional), las casas colgantes sobre el río o la iglesia parroquial.


MONTBLANC

Para cerrar el paso por Tarragona, os invitamos a Montblanc, capital de la Conca de Barberà. Considerada una de las ciudades con más riqueza histórica de Cataluña; a su importante recinto amurallado y las puertas de San Antonio y San Jorge se le suma la iglesia de Santa María la Mayor (aunque para los más románticos, podéis llamarla la Catedral de la Montaña), la ermita de San Juan de la Montaña y la de Santa Ana, o la Plaza y la Calle Mayor. Si os planteáis una visita, os recomendamos especialmente abril: además de ser una época preciosa para la naturaleza que rodea el pueblo, durante la tercera semana del mes se celebra la Semana Medieval de la Leyenda de Sant Jordi, que coincide con el Día del Libro y durante la que podréis ver la cara más histórica de Montblanc. Y quién sabe, puede que regreséis con un par de viejos libros en la mochila, lo que siempre es un buenísimo recuerdo de cualquier viaje.

PARC NACIONAL D’AIGÜESTORTES I ESTANY DE SANT MAURICI

Fuente: www.nationalgeographic.com

En esta ocasión no os proponemos un típico pueblecito catalán (que tranquilos, si queréis más tenemos para rato), sino nada más y nada menos que el único parque nacional de Cataluña. Situado en los Pirineos, entre las comarcas de la Alta Ribagorza, Pallars Sobirà, Pallars Jussà y el Vall d’Arán; presenta un entorno de alta montaña con varios lagos glaciares y una flora y fauna preservadas en estado salvaje, dentro de lo posible, desde su creación en 1955. Entre su geografía destacamos el lago de Sant Maurici, y los valles del río Escrita (donde está este lago) y del río Sant Nicolau. Es especialmente interesante de visitar en verano, temporada alta, donde las actividades de senderismo por las rutas de distinta dificultad se llenan de viajeros amantes de la naturaleza. Por si os atrevéis… ¡llevad localizado el mapa de refugios de la zona!





Esperamos que disfrutéis de la Cataluña rural… ¡y que a la vuelta hayáis aprendido algo del idioma en los pueblos más tradicionales! Fins la propera !

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